Lic. en Nutrición Jesica Balestieri. Mat. Nº1054. Contacto: 342 5 25 85 86
Material de interés. Artículo N°1
El pasado sábado 8 de Junio, en uno de los entrenamientos «Trekking Eficiente» a cargo del Profesor Ulises Luna, nos acompañó la Licenciada en Nutrición Jesica Balestieri. Nos comentó algunos aspectos sobre la incidencia de una correcta alimentación como uno de los elementos que pueden ayudar en la prevención del mal agudo de montaña. A continuación pueden leer su escrito.
La alimentación cumple un rol clave y debe ser parte de una estrategia integral que incluya una aclimatación gradual y una hidratación adecuada.
1- Aclimatación: es necesario y fundamental un tiempo suficiente para adaptarse gradualmente a la altitud y estar atento a la aparición de cualquier signo agudo en cada etapa del ascenso a fin de poder tomar medidas rápidas si es necesario. La preparación física y el entrenamiento previo en forma gradual en determinadas altitudes, contribuirá en gran medida a prevenir esta situación.
2- Una hidratación adecuada: pequeñas ingestas de agua con mayor frecuencia, ayuda a prevenir el mal de altitud ya que mantiene el volumen sanguíneo y la función renal, y de esta manera, facilita la adaptación a la altura.
3- Antioxidantes: el aporte de alimentos que brinden estos nutrientes de manera constante y en forma previa a tu salida, ayudará a abordar el posible aumento del stress oxidativo asociado con la exposición a la altitud.
4- Hierro, aporte de alimentos fuente: para contribuir a la producción de hemoglobina, ya que en la altura, la producción de glóbulos rojos puede aumentar. Para ello se recomienda: carnes en sus cortes magros y algunos vegetales acompañados de vitamina C. Es es muy importante tener un chequeo previo antes de tu salida con tu médico de confianza.
5- Aporte adecuado de energía: las calorías necesarias para la actividad deberán ser planificadas para evitar un riesgo potencial a una mala disponibilidad de las mismas y acentuar de esta manera aún más el malestar de altura.
6- Consumo de sal en forma moderada: el exceso puede afectar en forma negativa nuestra presión arterial. En cambio, si el consumo es equilibrado, la sal nos ayudará a mantener el equilibrio de electrolitos, lo cual es importante en altitudes elevadas.
7- Aporte adecuado de hidratos de carbono: a fin de proporcionar energía en forma rápida para mantener el rendimiento físico con niveles de energía estables a altitud elevada. Es importante seleccionar en cada salida opciones viables para su traslado pero que también que sean bien toleradas y aprovechadas por nuestro organismo y evaluar cómo se distribuirán a lo largo de la jornada.
8 – Evitar alimentos ultraprocesados y con alto contenido de grasas: ya que pueden aportar exceso de sodio y grasas saturadas. Esto podrá dificultar la digestión y aumentar la sensación de malestar en la altitud. Se debe procurar comidas de fácil digestión bien distribuidas y colaciones nutritivas entre medio.
9 – Suplementación: en determinadas situaciones su uso puede ser beneficioso. Esto dependerá de cómo estamos previamente a nuestra salida y cómo nos preparamos para ella tanto física como nutricionalmente. Pero en caso de ser necesario, deberá administrarse tras la indicación de un profesional de la salud.
Contemplar todos los aspectos con buen asesoramiento será fundamental para que tu experiencia en altura…_te caiga bien_.
Gracias Jésica por tu colaboración.